viernes, 21 de agosto de 2009

A las puertas del cielo

El Dios puente.

¿Creer o no creer?
Toma. Come. Éste es mi cuerpo, ésta es mi sangre. El Dios-con-nosotros se hace punto de encuentro: El hombre se encuentra con Dios, Dios se encuentra con el hombre. Yo, sin perder mi personalidad, mi historia, con mis luchas y pecados, limpio aunque no impecable... yo, ingreso en la inmensidad de Dios y Dios se hace uno conmigo y en Él estoy unido a ti... más íntimo que la cercanía corporal, más íntimo que compartir sentimientos, emociones, pensamientos, amistad.

Este es mi cuerpo es una manera de decir éste soy Yo: el Jesús que caminó por las calles de Jerusalén, el Jesús a quien gustaba comer con amigos, el Jesús de Nazareth que hacía sentir bien a quienes eran desaprobados ya sea por sus costumbres o simplemente por prejuicios, ese Jesús que nació en Belén que sanó a tantos y no a todos, ese Jesús, nacido de mujer, que pasó por lo dolores de la flagelación y de la cruz, el que resucitó... Ese es quien afirma: "esto es mi cuerpo, esta es mi sangre".

Cuando estoy frente a ese pedazo de pan, después de la consagración... estoy frente a Dios, de rodillas frente a Dios; pero también de pie frente a Dios porque su siervo soy pero, en Cristo, también, su hijo y amigo soy.

Ahí está Él, que viene a mi encuentro y, al mismo tiempo, espera que yo me acerque.

Ahí está Él, como puente de encuentro, como puerta del cielo donde el universo entero se encuentra adorando a Dios y Él... se acerca... todopoderoso... sin hacer alarde de su poder; más bien, haciéndose comida.
No me pide nada a cambio, sólo se acerca colmado de amor misericordioso esperando que yo dé mi primer paso para gozar de la abundante misericordia de su amor.
¿Puedo, acaso negarme a tanto bien?

Parece absurdo, sin embargo muchas... muchas veces... por falsos temores, por sentimientos de culpabilidad infundados, por remordimientos insanos, quizá hasta por el afán de autocastigarnos, rechazamos su abrazo misericordioso.

Ahí está Él, Dios, tendiéndome la mano, mirando dentro de mí, amándome sin restricciones, haciéndome suyo totalmente hasta hacerse una carne conmigo.

No hay comentarios: