martes, 8 de noviembre de 2011

La noche y el silencio de Dios

Que larga se hace la noche cuando nos sentimos enfermos, cuando tenemos algún malestar. El amanecer parece que nunca llega, aunu cuando uno lo espera con ansias. Malestar y oscuridad parecen absorver todo tipo de vida, todo tipo de esperanza, toda posibilidad de alegría.
Hay un himno que canta que la noche es tiempo de salvación, tiempo de encuentro con Dios, sólo que en esta noche, como un niño que llama a su madre en una noche de enfermedad, a veces solo encuentra el eco de su propia llamada en el silencio de la noche; pero también, como el hijo/a que va a la cama de los padres en busca de refugio durante una noche de miedo, vuelve a la calma con el abrazo paterno y materno.
En este silencio de Dios su misericordia canta, abraza... espera... junto al hijo que aun está inquieto por las pesadillas de la noche.