lunes, 15 de marzo de 2010

Amando

Cuando el amor no puede ser vencido.
Quizá recuerdas aquella frase de Juan Pablo II "El amor es más fuerte".
Hay frases que nos marcan y otras que solo las recordamos, aun cuando muchas de éstas fueron cambiando su sentido original.
Cuando escuchas gritar, firme y claramente, "¡el amor es más fuerte!" de un hombre que ha sobrevivido a entornos de violencia, secuestro y asesinato masivo, prohibición de expresarse y expresar la propia cultura, prohibición de expresar la propia fe... una violencia sistemática y, a momentos, invencible, en un primer momento proveniente de una extrema derecha (nazista) y en otro causado por una extrema izquierda (stalinista) sabes, con seguridad, el significado que tiene "El amor es más fuerte" para esa persona: Juan Pablo II.
Esta cuaresma es un buen momento para pensarla desde Cristo. Él es el AMOR INVENCIBLE.
Amor invencible no sólo porque resucita, venciendo a la muerte misma, sino porque su amor por el hombre rompe las barreras creadas por las mismas costumbres culturales ¿eres publicano y no podemos juntarnos contigo? Jesús comía con publicanos y pecadores ¿eres una divorciada y estarìa mal visto que me junte contigo? Jesús hablaba con mujeres que eran juzgadas por la sociedad como prostitutas. ¿eres un pobre y nadie visita tu casa? Jesús entra a tu casa te visita y se hace amigo tuyo; incluso si estás poseído por demonios, se acerca a ti y te libera... aun cuando estás muriendo en la cruz, a su lado, porque eres un ladròn, un delincuente... en ese momento... te abre las puertas del cielo: "hoy estarás conmigo en el paraíso".

¡El amor es más fuerte! no es una metáfora ni el lema de una campaña publicitaria. Es la afirmación de la presencia de Dios en el mundo, un Dios que quizo quedarse sacramentalmente construyendo historia junto al hombre, junto a mi, junto a ti, varones y mujeres (más allá de la idea que las sociedades hayan construido sobre lo que signifique ser varón o mujer).

En Cristo ya no hay ricos ni pobres, limpios o pecadores, en Cristo somos la razón de su amor, el motivo de su paso (pascua).
Que encontremos este amor invencible que llegó para quedarse a nuestro lado salvándonos de nuestras propias cárceles y torturas.
Marco Antonio Bellott