jueves, 23 de febrero de 2012

El amor humaniza, no hace cómplices

Hace varios años llegó a la universidad en la que trabajo una religiosa que se puso a trabajar junto a los jóvenes. Recuerdo bien que en uno de los conflictos entre estudiantes y universidad un amigo me comentaba que los dichos de esta religiosa ante la situación parecieran el efecto de alguien que estaba padeciendo del síndrome de Estocolmo. En aquella oportunidad solo dije algo parecido a "¿te parece? o ¿estas seguro? o ¿porque lo dices?" y ahí quedó la conversación.
Hoy recordé este hecho mientras leía a José Ignacio Gonzalez Faus en "El Naufragio de la Izquierda" allí señala que una característica de ser de izquierdas es ponerse del lado del pobre, del que sufre, del oprimido, del enfermo, del marginado.
En aquella oportunidad no me hizo sentido aquello del síndrome de Estocolmo que, en todo caso tiene que ver con establecer una relación afectiva con aquel que ejerce opresión (un secuestrador); pero en el caso de un cristiano el ponerse del lado de quien no tiene poder para ejercer presión sino que puede ser una víctima... se convierte en un deber.
Esto también me trae, a mi memoria inmediata, una frase del Papa Benedicto XVI (no la recuerdo con precisión), que recientemente (hace un par de semanas) recordaba denunciar el mal. Como digo no recuerdo con precisión la frase pero definitivamente tiene que ver no ser indiferentes ante el mal que victimiza a nuestros próximos.

domingo, 19 de febrero de 2012

Gracias Dios por ser bueno

Esta mañana estaba leyendo unos pensamientos de Carlos G. Vallés SJ y uno de los párrafos, que hace referencia a la autobiografía de Andrea Agassi, me trae variados recuerdos:
"Tengo que jugar con Chang. Juego con agresividad. Envidio sus principios y su disciplina en el juego – pero sencillamente no me gusta. Siempre va diciendo sin más que Jesús está de su parte, y cada vez que gana señala al cielo, da las gracias a Dios, le da a Dios todo el crédito, y eso me molesta. Que Dios es parcial en un partido de tenis, que Dios se declara estar en contra mío, que Dios está en el lado de Chang, todo eso es estúpido e insultante, una mezcla de egoísmo y religión que me revienta. Le gano en cuatro juegos. Jesús pierde."
 ¿Dios toma partido? ¿Dios quiere más a unos que a otros? ¿a unos bendice y a otros maldice?
Si Dios es el Dios que Jesús de Nazareth muestra, parece que la respuesta es un no rotundo ya que " hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores. " (Mt 5,45)
Evidentemente uno se siente agradecido por el bien que recibe en la vida y que llegan de Dios y al mismo tiempo debiera sentirse comprometido por el bien de quienes están cerca o a quienes convierte sus cercanos.

Investigadores demuestran la importancia de la autoestima en el desarrollo de la persona, en todo aspecto (incluso en el rendimiento escolar). Pues la base de la autoestima Cristiana es sabernos amados de Dios.
Dios me ama incondicionalmente y está comprometido con mi bien de tal manera que estoy unido indisolublemente a Él. En mi vive Dios.
Esto no vale sólo para mí sino para cada ser humano y de manera particular para cada bautizado que por medio de este sacramento ya goza de las primicias del Reino (Jesús mismo).

Así que a liberarnos de miedos y sentirnos seguros, amados y a salvo que sabemos en quien hemos puesto nuestra confianza (2Tim 1, 12)