jueves, 27 de enero de 2011

vacaciones

Quizá en este momento, las vacaciones me llevan a pensar en las necesidades.
¿Por qué? Te preguntarás.
Quizá porque he escuchado muchas veces frases como “necesito unas vacaciones” o quizá porque parece una necesidad hacer un alto y romper con lo de todos los días y hacerlo sin freno (desenfreno) sin límite... hasta cuando se acaben las vacaciones y “volvamos a la normalidad”.
Quizá las imágenes que llegan a nuestros sentidos, a través de la televisión han sobredimensionado el significado de las vacaciones y el cómo podemos disfrutarlas. Quizá no haga falta desenfrenarse, quizá solo debiéramos celebrar la vida, saborear los instantes de cada día aunque no todos los momentos sean dulces, saboreando la mezcla de acideses y amarguras junto a lo dulce o salado de la vida, saboreando lo aspero de la jornada junto a sus suavidades.
¿Qué es lo necesario?
Necesario es respirar, necesario es que los niños reciban afecto para crecer...

“...el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas. Sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada” (Lc 10, 41-42)

“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana”. (Mateo 11, 28-30)
Que nuestros corazones encuentren su paz en el corazón de Jesús.