viernes, 24 de abril de 2009

¿Quien es el Dios de la Biblia?

¡Haceme pata! (Acompáñame)

Me gusta mucho la imagen del Génesis en la que se relata cómo Dios baja, al atardecer, para caminar con Adán.


Pareciera innecesario, porque Dios está siempre presente, es el poderoso creador de todo cuanto hay, está presente en todo y en todo tiempo; sin embargo, el libro del Génesis subraya que bajó a pasear con Adán y al no encontrarlo lo buscó, lo llamó.

Podríamos decirle "No te hagai el leso, si sabí donde está". (¡Cómo Dios no va saber dónde está la persona que ama!)

Una y otra vez a lo largo del Antiguo Testamento se repite esta búsqueda de Dios: Él baja, toma la iniciativa, busca, llama al hombre por su nombre, insiste,  vuelve a insistir hasta encontrar respuesta.


Es un Dios que quiere estar cerca del hombre.

Es un Dios que quiere caminar con el hombre.

Es un Dios que le asegura su protección aun cuando haya hecho algo abominable, como matar a su hermano (Caín)

Es un Dios que hace un pacto con el hombre y su descendencia (Abraham)

Es un Dios que pelea con el hombre (Jacob)

Es un Dios que pelea al lado del hombre... (Josué)

Es tan fuerte su VOLUNTAD DE ENCUENTRO con el hombre que se encarna, se hace ser humano, desde la fecundación, implantándose en un útero, el de María, recibiendo de ella su código genético, naciendo indefenso y totalmente necesitado... por amor...

Sí… Por amor… ya que es imposible poder buscar retribución en un acto como ese. Por eso es un acto totalmente gratuito y libre que lo más que puede esperar es un acto de correspondencia; pero también libre. De otra manera, no podría ser amor.

Dios, el Dios de la Biblia, que es Amor, como nos recuerda Juan en su carta, es una cercana presencia, voluntad de encuentro.


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